LOS PROCESOS ONCOHEMATOLÓGICOS
Se pueden definir las enfermedades oncohematológicas como aquellos procesos neoplásicos que afectan al tejido sanguíneo, sus precursores y/o componentes (6).
Destacan en este grupo cuatro divisiones de enfermedades:
1. Leucemias
Enfermedad neoplásica que afecta a precursores sanguíneos, se pueden clasificar en leucemias agudas y crónicas.
1.1. Leucemias agudas
Son cuadros anatomoclínicos de etiología desconocida, caracterizado por la proliferación incontrolada de células sanguíneas inmaduras que invaden la médula ósea, sangre periférico y otros órganos. También es característico el fracaso de la función de la médula ósea normal.
Éstas se clasifican a su vez en:
- Agudas mieloides o mielocíticas (LMA).
- Agudas linfoides o linfoblástica (LLA).
1.2. Leucemias crónicas
Este tipo de leucemias presenta una evolución más pausada que las agudas, aunque también pueden tener una evolución igualmente mórbida.
Se pueden clasificar en:
- Leucemias crónicas mieloides.
- Leucemias crónicas linfoides.
2. Linfomas
Neoplasia maligna que afecta al tejido linfático fundamentalmente a los ganglios. Existen dos grandes grupos de linfomas, los linfomas tipo Hogdkin y los linfomas tipo no Hogdkin.
3. Gammpatías Monoclonales
Son neoplasias que afectan a las células plasmáticas, alterando su correcto funcionamiento y provocando una inadecuada producción de anticuerpos.
4. Síndromes Mielodisplásicos
Son afectaciones medulares caracterizadas por una inefectiva hematopoyesis, lo cual ocasiona una serie de desórdenes metabólicos que pueden llegar a dar lugar a una LMA.
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS EN LOS PROCESOS ONCOHEMATOLÓGICOS
Para el diagnóstico de los procesos mencionados anteriormente es necesario que la clínica sea contrastada previamente mediante técnicas y procedimientos de laboratorio. Además de los recuentos sanguíneos mencionados anteriormente también existen otros tipos de procedimientos.
- Punción de Médula Ósea
Es la técnica más empleada para el estudio de las patologías antes mencionada. Este estudio se puede realizar en dos vertientes, a nivel morfológico o funcional. El primero consiste en el examen microscópicos de los precursores hematopoyéticos y el segundo estudia los progenitores mediante un cultivo in vitro.
- Estudio de Citoquímica
La citoquímica trabaja a partir de tinciones (de médula ósea o de sangre periférica). Estas tinciones se clasifican en: panópticas y diagnósticas. Con las primeras se observa la morfología de la población celular de la sangre periférica o de la médula. La segunda se centra en reacciones químicas que revelan la presencia o no de determinadas líneas celulares.
Las técnicas más usadas son la tinción de hierro (azul de Prusia) en el diagnóstico de alguna anemia y estado de sobrecarga férrica, la mieloperoxidasa para discriminar entre población linfoide y mieloide y la fosfatasa alcalina granulocitaria, en el estudio de los síndromes mieloproloferativos (7).
MÉTODOS DIAGNÓSTICOS AVANZADOS: ESTUDIOS INMUNOLÓGICOS Y BIOLOGÍA MOLECULAR
Los anticuerpos mononucleares son muy empleados hoy en día en el diagnóstico hematológico, ya que permite la identificación de diferentes líneas celulares de morfología muy similar mediante el conocimiento de los antígenos fijados a su membrana.
Las técnicas que permiten su empleo se basan en la emisión de fluorescencia o en cambio colorimétricos. El método más habitual para conseguir esto es la inmunofluorescencia directa mediante citometría de flujo.
- Citometría de flujo
Este principio está basado en la aplicación tecnológica que permite un flujo continuo de células y enfrentarlas a una o dos fuentes de luz para poder, por medio de fotodetectores, obtener información pormenorizada de cada una de ellas.
- Citogenética
El estudio citogenético se suele realizar a partir de médula ósea, aunque también puede ser utilizado en sangre periférica. Este método se emplea para la distinción entre leucemias crónicas mieloides con Cromosoma Filadelfia positivo y leucemias mieloides crónicas con Cromosoma Filadelfia negativo estando demostrado que estas últimas tienen peor pronóstico cuando presentan una morfología atípica, pero no cuando esto no ocurre.
Las principales técnicas citogenéticas se basan en el estudio de las bandas de ADN que permiten la identificación de las posibles anomalías existentes.
- Biología molecular
Dentro de la biología molecular las técnicas más empleadas son la hibridación in situ, la reacción en cadena de la polimerasa, el análisis de microsatélites para el estudio del quimerismo.
La hibridación in situ permite visualizar el ADN o el ARN mediante su marcaje (encimático o fluorescente) y posterior análisis al microscopio de fluorescencia o al microscopio óptico. Permite estudiar anomalías cromosómicas en la metafase y en la interfase.
La reacción en cadena de polimerasa permite ampliar secuencias específicas de ácidos nucleicos, lo que puede proporcionar hasta un millón de copias de un determinado gen. El único impedimento es el hecho de que es obligatorio conocer la secuencia de ADN, al menos en parte, de la región del gen que se pretende amplificar.
En el análisis de microsatélites para el estudio del quimerismo los microsatélites son fragmentos de ADN (no codificante) que están presentes en todos los individuos, pero que son muy variable o polimórficos entre los mismos.
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